Réquiem para el periodista del siglo pasado

No os voy a ofender explicando lo que es un réquiem, ya que sabéis que es una misa para los muertos y sus almas. Dicho eso, puede que ofenda a algunos que creen que mi meta es intentar enterrar una profesión.
Tuve la desgracia de estar en una tertulia, que mas bien parecía un monologo de aquel tipo de persona que quiere ser el foco de atención, que se quejaba de la situación de los periodistas tradicionales, superados (y según ella perjudicados) por la digitalización de la información, que les obligaba siempre a producir mas noticias. He de decir que la realidad es otra.

El falso mito del Clickbait
El Clickbait pretende, a través de un titular con gancho, hacer que el usuario haga clic en la noticia para generar una nueva visita. A simple vista puede parecer lógico, pero muchas veces esta técnica se lleva al extremo generando contenido de mala calidad o falso. De hecho NINGÚN periódico que se respete, tanto de izquierda como de derecha (o neutro), se apoya sobre esa técnica para generar visitas y/o ingresos. Los periodistas que se quejan de esa situación serían los que trabajan para aquellos periódicos, o sencillamente, no se han involucrado lo suficiente para saber como funciona la empresa en la que están. Y los que creen que el clickbait es un valor importante o suficiente, tienen muy poca idea del marketing periodístico. El Clickbait, trasladado al sector del papel seria comprar un periódico, nada mas. No incluye la función «abrirlo» o «leerlo». Es cuando compramos algún libro sin JAMAS leerlo.

Estrategia de los periódicos digitales a corto, medio y largo plazo
Los periódicos no quieren visitas. Quieren usuarios: gente que lee hasta el final e interactúa con la noticia, compartiéndola y/o comentándola. Por eso los anuncios se ponen dentro del texto y se habilitan los comentarios para, no solo generar más páginas con cada usuario (cada vez que comenta, la pagina se carga otra vez, con anuncios distintos), sino también para poner a prueba tanto la buena fe del periodista, sino también otras cualidades periodísticas (estilo, etc). Muchas veces, el interés no está en la noticia, sino en los comentarios, que nos dan una idea de como se percibe dicha noticia

La imagen siguiente muestra cómo están colocados los anuncios, para medir la relevancia de la noticia.noticiasvector

Claro que a algunos periodistas no les conviene. Los que añoran el papel son aquellos que durante décadas disfrutaban de la impunidad del papel, que NUNCA permitió que los lectores se involucraran en la noticia (salvo con el pobre y absurdo apartado «correo del lector» que, <irony on> de manera aleatoria </irony off>, escogía un correo que podría poner en evidencia las deficiencias del periodista. La última parte también es irónica.

Se acabó lo de lee y calla
Por fin tenemos, gracias a los periódicos en linea, herramientas para DE VERDAD medir el impacto de unas noticias, en su conjunto, también por separado. Siempre digo que no se puede mejorar lo que no se puede medir. Y casi es imposible saber con el periódico en papel, que noticia tiene mas relevancia. Para ello, deberíamos poder tener periódicos con secciones arrancables, con la posibilidad de pagar solo para la noticia que nos interesa. Ahora, las herramientas de medición son distintas. Mas que el que pinche en la noticia, interesa la lea hasta el final, la comparta y que llegue a todos los amigos o seguidores del que comparte. Entonces, el usuario se convierte en apóstol de la noticia (el que propaga la palabra).

Hablando de apóstoles, ¿Cuál es la función del periodista actual?
Lo siento por las plañideras de la muerte de la figura periodística tradicional, pero el periodista que se queja de la desaparición del papel, suele ser el menos solidario al nivel profesional. No entiende que además de ser un mercenario de la información, también tiene un papel (disculpen el juego de palabras): ser un apóstol. También se le permite padecer de egolatría, repartiendo y compartiendo su obra en las redes. Porque sino, se empobrece, pierde valor al nivel profesional, además de no suponer ningún valor para el mismo periódico.

Visibilidad solidaria
El trabajo periodístico en linea funciona bajo el concepto de la visibilidad solidaria: Una noticia invita a entrar en el periódico y luego permite descubrir otras noticias. Siendo solidario, el periodista digital ayuda a que el periódico siga funcionando.

Visibilidad personal y profesional del periodista
No es lo mismo contratar a un periodista con 50.000 seguidores en Twitter, (seguidores que estuvo generando con un trabajo paralelo al de escribir una simple noticia), que uno que tiene unos 30. El primero invita a 50.000 usuarios a leer su publicación (o las que considere de interés para el periódico). De esos 50.000 tal vez lean 20.000. pero es un dato suficiente para medir la interacción con la noticia: los «los me gusta» de Facebook, la generación de nuevos seguidores, pero también aquel ratio que la figura periodística de papel (y pronto de cenizas) no quiere que se sepa: el ratio lectura hasta el final/clic en la noticia. Ese dato, cuanto mas cerca de 1 quiere decir, «waow, vaya noticia que este ha compartido este periodista». Y si al contrario se acerca a 0, significa que la noticia es una mierda, desde el principio no es relevante y que la calidad periodística del autor es cuestionable.

El valor añadido de un periodista con 50.000 seguidores es inmenso para el periódico, porque reduce el coste de publicidad. El periodista se convierte en comercial, con su propia red de usuarios, que podría negociar con su empleador. Cuantas más ganas tiene de ser una estrella, mejor. Son esos los que sobreviven. Los «Iñaki Gabilondo, los «Ignacio Escolar» (del diario.es con mas de 360.000 seguidores en Facebook), y las «Helena Resano».
El otro periodista, la verdad no hace falta hablar de él. Su figura ya se esta muriendo, y pasa a ser el lastre de los periódicos y del periodismo. Pero siempre habrá alguien que se compadezca de el. Suelen ser los que no se dan cuenta de que sea una noticia, una información, PERO TAMBIÉN UN LIBRO, no vale nada si no nos hacemos apóstoles de ello, y si no hacemos nada para que TODOS puedan tener acceso a ello.

Y eso pasa también por hacer Podcasts (información AUDIO como lo hace Gabilondo) y audiolibros (para los que conducen, para los que están en el metro, para los que no ven bien, para los que pasean por la calle).
Es una manera de respetar a los que pasan muchas noches intentando generar noticias, artículos y libros de interés.
Añorar el periodismo de papel y, por extrapolación estar en adoración por el libro escrito en papel, significa decir a algunos lectores: NO ES PARA TI. O tus restricciones en tiempo, o físicas también, nos dan igual. Y dudo que exista autores que lo permitirían.

Y promocionar a los que lo permiten es una falta de ética. Claro que algunos periodistas o editores quieren seguir añorando el pasado. Pero creo que entre el ombligo propio y el futuro, hay que mirar lo que mejor convenga a la sociedad. Otra cosa es que los usuarios no lo quieran, pero no es el caso. Los datos del mercado demuestran lo contrario. El mercado lo decide el usuario. O nos adaptamos o morimos profesionalmente. Y creo que seria injusto llorar a los que no vieron venir el cambio, para adaptarse, o escupir sobre una evolución no solo importante, sino también necesaria.

Y para terminar, daré un dato más. A nosotros, especialistas en Marketing de contenidos, nos cuesta muchísimo encontrar a periodistas para redactar contenidos. Será porque la profesión no se esta muriendo, sino adaptando a las nuevas necesidades de información

Jean-Marc Alma-Charlery
Consultor de Empresas
CEO – Founder – AbsolutConsulting